Liquida Dianne

Las paredes atesoran una parte de el pasado mientras sigan en pie....
 

Con la mirada cabalgando perdida frente a aquellas viejas y conocidas cuatro paredes mientras se sentía penetrada de forma mecánica, Dianne trataba de encontrar en ellas trozos de tiempos pasados, arañar fragmentos sonoros irrecuperables, momentos que le parecían únicos...pero una vez mas, lo que estaba consiguiendo aquella, otra mas, de sus noche de sexo ocasional, era enclaustrarse aún mas en esa cueva que tan bien conocía desde hacia algun tiempo, esa gruta de sordas resonancias, de quebradizos recuerdos... y se sentía, sobre esa cama, con ese extraño, espoleada además, por una inexplicable y acuciante urgencia de liberación emocional a través del orgasmo, como si de un impuesto ejercicio de placer catártico se tratase...Los cuerpos que se reflejaban sobre aquellas cuatro paredes proyectados por la débil luz, dibujaban entre vaivenes, alargadas sombras en lucha, que al mirarlas, encendían y apagaban intermitentemente su mal disimulado contenido ardor. Miraba a la cara del desconocido y experimentaba tantas extrañas y contrapuestas sensaciones que al final acababa dejandose llevar por el creciente arrebato pélvico, abandonandose a pequeños, incontrolables e impulsivos estertores que poco aliviaban la carga de su entrepierna ansiosa de explotar...Fuera llovía a ráfagas golpeando con fuerza el cristal... Y justo ahí fue cuando una vez mas recordó aquel no muy lejano invierno... Sus brazos cayeron sin fuerza sobre la cama dejando de abrazar a aquel hombre que ahora la poseía cara con cara, y entornando los ojos para evitar verle -tenia la fresca imagen de Roland y no se podía permitir perderla- recreó, como tantas otras veces, una vez mas aquella otra noche que recordaba para su sufrimiento, seria la ultima vez que follaría con amor...
.-Te pasa algo...? .-Dijo el chico deteniendose jadeante al notar la ausencia de Dianne.
.-No te detengas por favor...Olvidate de mi...- Dejó escapar como una exhalación.
Dianne estaba en aquella habitación, si, pero años atrás, aquel fin de año, en brazos de Roland que la llevaba hasta la cama justo después de sonar la ultima campanada de aquellos agitados doce meses. Habían bebido y el intenso color carmesí de sus mejillas además de por el alcohol también lo dibujaba la roja llama de un salvaje e incansable deseo mutuo...Pero de golpe, sintió en los mas profundo de su sexo unas descontroladas embestidas que a punto estuvieron hacerla desvanecer, y que acabaron de disipar por completo la dulce ensoñación, entonces se dio cuenta que no recordaba el nombre de aquel chico, tampoco le importaba mucho, le bastaba que estuviera encima o debajo de ella llenando su pozo de soledad, pero en esos momentos era mas acuciante el imparable in cresccendo que sacudía con tanta fuerza el triangulo entre sus muslos con epicentro en su excitado clítoris, que le bajó un brutal orgasmo en incandescentes oleadas que hizo que el de el chico no se hiciera esperar...
Con la mirada totalmente ida, y aun bajo los efectos sedantes de la corrida, como si hubiese visto por un momento el paraíso, recorrió la paredes, los rincones, los olores... y de golpe, de súbito, como tantas otras veces, todo se volvió oscuro y triste, el silencio volvió a emitir desagradables ruidos y la presencia del extraño empezó a incomodarla...Le dijo que se vistiera y la olvidara..Y en cuanto este se hubo largado, corrió hacia el dormitorio y sacando de su mesilla un enorme vibrador con la inscripción, de su puño y letra, Roland, se arrojó en la aún húmeda cama y separando bien sus largas piernas y enarcandolas después, recordó una vez mas aquel feliz-triste fin de año cuando su gran amor la abandonó tras un glorioso y para su eterna autocompasión inolvidable polvo...

3 comentarios:

  1. Todas la mujeres se la montan mejor con una goma
    Juanjo Xavarri

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  2. No mas hablais de porquerias los pinches españoles
    San Salvador

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  3. Y tu las lees...Gracias San Salvador :)

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