Una calle es solo una calle
Una calle es solo una calle, da igual donde esté y quienes la habiten, sean adinerados o héroes anónimo. De sus alcantarillas sale el mismo hedor y la luz de la luna brilla para todos igual. Son una parte de los decorados de nuestra vida y en cada esquina, cada portal, cada tasca, cada acera, va dejando invisibles señales de nuestro paso por la historia. Hay algunas que siempre odiaremos y otras que nunca olvidaremos por haber sido nuestra silenciosa testigo, cómplice, y con el paso del tiempo, confidente de la nostalgia...Tienen ese poder de transportarnos a el pasado, aunque cambien su estructura, o el ladrillo especulador se apodere de ellas, siempre habrá una señal, un vestigio reconocible por nosotros, un ángulo, el eco de unos pasos, un puesta de sol que brillara de forma diferente solo en esa calle...
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