El puente

Siempre que vemos un puente muy cerca de él hay un rio, pero siempre que vemos un rio no tiene por que haber cerca un puente....
La mente fabrica amaneceres y atardeceres en complicidad con el estado de ánimo, y así, entre ambos crean la fría oscuridad de tus noche o abrasan tus despertares con el fuego mas candente, 
jugando a veces con la insolencia de un niño a dar esquivas pinceladas, garabatear meros apuntes, que acaban por enervar a las mas yermas de las imaginaciónes, prometiendole futuros paraísos....
Parapetado siempre en febriles  y volátiles ensoñaciones, adorador de lo que sus padres denominaban, esperpenticas banalidades, incansable viajero estático, pero siempre dispuesto a atravesar majestuosos desiertos decorados con lejanos y ansiados horizontes, Pierre sobrellevó su terrible, dolorosa e incurable enfermedad con estoica resiliencia y la férrea soledad que lo acompañaba desde niño, con esmerada dignidad hasta que acercandose a los treinta, en una de aquellas depresivas tardes húmedas y plomizas de finales de noviembre que su atávica tristeza fue desviada hacia una zona hasta entonces impenetrable y desconocida para él, el apacible pero siempre inquietante lago de los sentimientos correspondidos. Hacia muy poco tiempo que sus nuevos vecinos, llegados de el norte, se habían instalado ocupando como inquilinos toda la planta de arriba de su espacioso y viejo caserón de la bulliciosa calle Mouffetard. Matrimonio normando que además 
de sus ilusiones y de su abultado equipaje de trashumantes viajantes de perfumes también trajeron a a Emma, su única hija, su esencia mas preciada, según alardeaba su padre. Una joven que 
aunque apenas traspasaba los veinte, muy despierta e intuitiva además de virtuosa estudiante, de tez delicada, cautivadora presencia, grandes y misteriosos ojos negros, poseedora además de una altura que la hacían florecer aun mas... Desde el primer instante saltaron visibles chispas de enigmática 
complicidad entre ellos que no pasaron desapercibidas a nadie, lo cual, para los padres de Pierre fue gran motivo de alegría pues, que para la joven no supusiera obstáculo alguno que su hijo estuviese condenado a una  extraña enfermedad que lo ataba de por vida a su silla de ruedas en medio de desesperantes y sistemáticas crisis.. y para el joven experimentar, cuando daba todo por perdido, como el solo cruce de una mirada, con la carga química justa de intensidad, basta para que el misterioso halo del amor atraviese de lado a lado el alma con el frió del acero dejando un poso de excitante inquietud... Poco tiempo pasó hasta que una tarde intercambiaran sus sentimientos y se confesaran sin testigos su urgente afecto a la luz de las velas en aquel desván donde, desde hacia ya semanas, se entregaban a apasionantes lecturas, a buscados encuentros, a secretos que nadie entendía... Pero aquella tarde de los primeros días del invierno en el viejo estudio fue diferente, tomándola de la mano la miró de otra manera a como había hecho tantas veces atraído por la energía que irradiaban aquellos enormes ojos...Pues siempre descubría algo nuevo tras ellos que con inexplicable gozo lo perturbaban...Imantado por un fuerte impulso le confesó...
.- Hubo un tiempo en que solo creía en lo que no se podía tocar, todo lo sublime es intangible me decía, mirando a miles de puntos lejanos y luminosos en medio de una oscuridad infinita. Cuando 
preguntas directamente al éter, las respuestas suelen llegar con retrasos de miles de años luz... Pero todo eso me sobra cuando cuando al final has llegado a mi Emma.- Ella apretó con fuerza las manos de el como si nunca mas se volviesen a tocar.
.- Oh Pierre, llegado este momento no sabes como trato de comprenderte, yo también....- Le dijo titubeante, con tristeza, dándose cuenta que temblaba ligeramente presa de una extraña mezcla de angustia y resignación, y que las palabras se atropellaban en su boca, pues eran tantas las que su corazón le urgían a decirle...
.- Mi puente, mi puente.- La interrumpió él como si recitase un mantra sin soltar las temblorosas manos de ella...y con resolución hizo ademán de dirigirse a la ventana, a lo que ella acercó su silla de invalido hasta la enorme cristalera del estudio. Entonces se produjo un largo y silencioso dialogo de miradas mientras contemplaron a sus pies las callejuelas semi vacías del cielo de diciembre... 
.-Alimentamos al verdugo interior que ha de matarnos.- Dijo Pierre con la mirada puesta en los pocos transeúntes que ya iban siendo devorados por la oscuridad de la cercana noche.- Nos vemos obligados a cruzar ríos separados por inalcanzables riberas...
.-Comprendo cuando dices que solo un puente puede salvarnos por que tú también eres mi puente.-  Contestó ella con los ojos muy húmedos mirando intensamente a los de él. Hacia frío en la estancia. pero las mejillas de ambos ardían.
.-Cuando habitas la noche de la desesperación, descubres que hay oscuridades que proyectan mas sombras que la luz del día.- Dijo de pronto cambiando su tono de voz, sonaba algo tétrico. Ella agachó la cabeza, hurgó en su bolsillo como si buscase algo sin darse mucha prisa, pero sin dejar de mirarlo con feroz intensidad a los ojos.
- Si nos amamos de verdad.- Prosiguió él.- Si me amas de verdad, y esto sobradamente lo certifican los latidos de nuestros corazones, quiero que hoy seas mi puente, que no tengas la menor inquietud, 
el menor resquemor o sombra de duda por conducirme al otro lado.- Concluyó Pierre con vehemencia al tiempo que la atraía con suave fragilidad hasta sus labios para unirlos a los de ella en un beso que pareció interminable... 
Cuando por la mañana fue encontrado muerto en su silla de ruedas y con un ejemplar de "La Teoría de la evolución" abierto sobre sus piernas como todo testimonio del ultimo acto que había hecho 
en vida, Emma deambulaba por las empinadas cuestas de Montmartre camino de la Basilique du Sacré-Cœurig, donde arrodillada y alejada de todas las miradas rogaba por el alma de él y después se perdía entre el gentío de bohemios, noctámbulos y mercachifles que bajaban a buscarse 
la vida en dirección a un mercadillo muy cerca de la orilla derecha del Sena...Recordaba en medio del mundano jolgorio como algunos días antes habían pactado su muerte. Fuertemente compungida, y con una mal disimulada pena que la ahogaba sin darle tregua, sentía que había cumplido tanto su fúnebre pacto como firmado su condena a la infelicidad hasta el fin de sus días. Solo la confortaba saber que había sido el puente que él tanto ansiaba. Pues en el transito de su triste vida, Pierre le confesó, que no acabó con ella, sabiendo que estaba incompleta, que si bien tenia firmemente asumido que perecería joven antes que vivir de aquella manera, antes de partir debía conocer algo que siempre le fue negado, el amor....Y ahora que caminaba guareciendose del frío rodeando su pecho con sus brazos, mientras cruzaba el viejo Puente des Arts,  Emma recordó la primera vez que Pierre le pidió que se convirtiera en ese esperado puente -y que ella necesitaria alguna vez-  y le ayudara a cruzarlo, y aquella imagen de la  aun demasiado cercana noche del día anterior cuando siguiendo lo acordado, en un largo beso deslizara una pastilla envenenada en la boca de su amado.

2 comentarios:

  1. Buen trabajo, mola, aquellos perros¡¡ -Georgina86-

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  2. ¿Que te fumas perro pinche?
    Oaxacafree

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