El músico en el tejado

Mis neuronas hacen música noche y día, mastico el ritmo al andar y en la alta madrugada mi mirada interroga a través de los cristales de mi ático a la luna siempre buscando ese ultimo consejo que me ayude a cerrar esa obstinada canción que se me resiste....Como una plegaria mental a un silencioso pero vibrante universo hermano del que siempre espero respuesta..... En ese estado, abstraído, imbuido de una inexplicable  melancolía, vuelvo al piano, donde mis trémulos dedos garabatean una y otra vez ese dibujo melódico que me anda rondando por la cabeza desde hace días, quizás años.....Reconozco en mi alma el cosquilleo que deja la maquina de la inspiración cuando se pone en marcha y gozo por unos instantes de mi paraíso interior. Trato de apresarlo para después contarlo en el lenguaje que mejor se hablar...Pero tan pronto como viene se va......Y así ocurre durante  todas esas interminables noches.. Una deliciosa tortura que casi siempre da sus frutos semanas después... . Busco la melodía perfecta, esa arquitectura sonora intangible que siempre está ahí, esa que me fue silbada al oído nada mas nacer y que afortunadamente nunca voy a materializar.... Creativamente viviendo al filo de la belleza, en la frontera que separa la desesperación, del éxtasis, siempre circulando por una estrechisima senda empedrada de agridulces sabores vitales y con un lejanisimo horizonte siempre difuso pero imaginado de vivos colores y dulces sonidos sabiendo que solo habitan en mi alma de músico, por lo tanto, condenados a palpitar encerrados en mi mente, de la que solo saldrán, escaparán, en pequeños fragmentos a través de alguna de las rendijas que por error deje abiertas...

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