A propósito de la ofensiva del nuevo-viejo fascismo que recorre la península de lado a lado tratando de detener cualquier iniciativa de aclarar el pasado, vuelven a sonar los ecos de las viejas bombas que sembraron de muertos los campos y ciudades de España por el lejano 1936. A través de las rendijas de los periódicos y televisiones del lado derecho del corazón hispano se oyen, aunque traten de ahogarlos, los gritos angustiados de los niños de la guerra pidiendo paz, las voces de los asesinados y olvidados en las cunetas, pidiendo descanso y paz, de los castigados en prisiones-purgatorio del largo y oscuro pasillo de la dictadura pidiendo justicia y castigo para sus verdugos... No se puede camuflar el olor de la mierda, de la putrefacción esparciendo sobre ella solo mentiras, tratando de cambiar la historia.
Todos somos complices de la gran mentira. Aceptamos esta constitución, esta monarquía, este pacto de silencio, impuesto por los que ganaron la guerra y cometieron genocidio. Decidimos no volver la vista atrás, mas allá de 1977...eran escenas demasiado terroríficas...para los vencedores, Se volvió a echar mas arena sobre los muertos, sin enterrarlos. Y como si de un ejercito de desdichados zombis, vuelven y volverán a salir señalándonos....
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