EL condón del Papa



Aquella mañana, su santidad se levantó alterado, muy sensible a cualquier comentario. Baste decir, que los buenos dias le sonaban a burla. El cardenal Folliandri, que fue el primero en despachar con él tras el desayuno, salió necesitando un buen exhorcismo despues de la cantidad de demonios que vomitó por esa boca.-! No entiendo a este hijo de pu...y mira que a cabrón no me gana ni Dios..!. Su santidad estaba mano sobre mano en su brillante trono, sus ojos elevados nadie sabe donde, la barba descuidada...parecia que mas que dormir hubiese estado batallado toda la noche contra el mismisimo Belcebú. Era la viva imagen de Don Quijote tras pelear con los molinos. Ordenó a su secretario Monseñor Paggiliero llamar a su medico particular, Vito i´Novitto, para un tema urgente. Paseaba de un lado a otro de la estancia como animal enjaulado...¿Por que a mi..?- Se preguntaba en su interior. Sonaron dos golpes seco y el medico aparecio ante el. Lo arrastró hasta lo mas apartado del salon pididendo a todos que se retiraran. Ante un enorme ventanal que daba a la concurrida y pecadora Via Lactea le señaló un punto en la lejania.-¿Recuerda usted Vitto, la fulana que me recomendo ayer..?.-El medico enarco sus enormes cejones.- Me obligó a ponerme el condón, usted sabe que detesto eso. No es la mejor forma de combatir el sida...un buen cristiano lo haria a pelo, dejando a dios y solo a dios la voluntad de preñar o enfermar por infecciones - Ya, pero la castidad nos impediria ese sacro goce santo Padre. Dijo al final, acalorado el medico.- ¿Quien coño habla de castidad..?.- gritó el Papa..-Es que el condón que me ofrecio era de la competencia.. ya sabe, sin lubricar con agua bendita..etc..
Ciertas leyendas urbanas dicen que las cabezas pensantes del gobierno de el Vaticano, ese pequeño estado-empresa dentro de la ciudad de Roma, desde donde se dirige o intentan dirigir la moral de una parte sustancial del mundo, unos señores con faldas pero no a lo loco, poseen importantes empresas de condones.

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